Hablamos de digitalización constantemente, en todos los foros, eventos, desayunos de trabajo… la tecnología y la necesidad de que las empresas optimicen sus procesos logísticos de almacén, son el principal tema de conversación.
En la actualidad logística, es impensable una empresa que no disponga de un Sistema de Gestión de Almacén o de un proyecto para implantarlo a corto plazo, que no planifique con un Sistema de Planificación de rutas o lo esté proyectando.
Pero cuando abrimos nuestro espectro logístico y añadimos el transporte a la ecuación, nos damos de bruces con la realidad, ¿Puede el transporte evolucionar al mismo ritmo que el resto de los eslabones de la cadena de suministro?
Asistimos al encuentro logístico de la Comunidad Valenciana bajo el título “Una mirada al futuro” y organizado por APD. En él se habló mucho de transporte, de las necesidades que tiene el sector, los planes de futuro, los proyectos programados en calendario y los que se esperan programar.
Se habló de conducción autónoma, pero que no veremos a corto plazo; también salió el tema de los camiones eléctricos, pero el transporte en España está, muchas veces, en manos de autónomos o pequeñas empresas que no pueden acometer las grandes inversiones que supone electrificar las flotas, a lo que debemos añadir las exigentes infraestructuras necesarias.
Y, como no, también se habló del tren, el transporte por ferrocarril supone sólo el 4% del transporte de mercancías en España, pero con ideas como las autopistas ferroviarias unidas a las autopistas marítimas, hacen que existan proyectos muy interesantes que apuesten por el transporte ferroviario, “El momento del ferrocarril ha llegado”, esta afirmación, repetida varias veces durante el evento de hoy, nos hace pensar en la posibilidad de un transporte de mercancías más verde y sostenible.
Pero con plazos de ejecución muy largos, y para muestra un dato: entre Sagunto y Teruel existen túneles del Siglo XIX. ¿Del siglo XIX? Sí, sí…
A principios del siglo XIX el carruaje era el principal medio de transporte, y no fue hasta finales de ese siglo que empezamos a ver cómo el ferrocarril y el transporte marítimo nos empezaba a permitir transportar nuestras mercancías, y a nosotros, de forma eficiente y rentable. Dando paso a un nuevo protagonista de la revolución industrial: la Logística.
Desde entonces, tanto los medios de transporte de personas y mercancías por carretera, como las infraestructuras asociadas, no han dejado de evolucionar. Pero esta evolución no ha sido igual en el transporte de mercancías por ferrocarril, muestra de esto es que esos túneles del siglo XIX siguen siendo los mismos túneles, lo que, por diseño y dimensiones dificultan la electrificación de la vía.
Como escribió un gran amigo, muchas veces la innovación es rehén de la historia y veces nos encontramos que, por ejemplo, “el diámetro de los motores de un cohete tiene mucho que ver con ‘culo’ de un caballo”.
Alguien puede pensar en gestionar un almacén en la actualidad con las mismas herramientas que se gestionaban en Siglo XIX?
Adaptar la cadena de suministro a la nueva normalidad se ha convertido en una necesidad, todos los eslabones de la cadena logística tienen que evolucionar al mismo ritmo. De nada me sirve modernizar mi almacén y preparar pedidos para entrega inmediata si el transporte no es capaz de entregar a tiempo. De nada me sirve optimizar el transporte para acortar tiempos si el almacén no es capaz de preparar los pedidos a tiempo.
La logística se ha convertido en una disciplina compleja que abarca desde el transporte y el almacenamiento hasta el servicio al cliente.
La cadena de suministro se ve afectada por cambios geopolíticos, accidentes y fenómenos naturales… pensamos en cierre del Canal de Suez, la situación en Rusia o el puente de Baltimore. El 80% de las empresas dependientes de la logística sufrieron paros importantes en la cadena de suministro en el último año.
Ante esta normalidad en la que nada es normal y hemos pasado de lo extraordinario a lo ordinario, la cadena de suministro tiene que adaptarse.
Tenemos que digitalizar, pero analizando todos los factores que pueden afectar al funcionamiento de nuestra empresa.
Siempre hacer un proyecto conociendo los objetivos y el retorno, fijar los KPI´s que nos permitirán valorar el funcionamiento de la implantación antes de arrancar.
La tecnología nunca puede ser un propósito, la tecnología tiene que ser un medio porque solo es útil si aporta valor. Si la tecnología no aporta valor, el proyecto será un fracaso seguro.
La digitalización es importante pero hay que formar a las personas en el uso de la tecnología, porque las personas que aportan valor siempre van a ser necesarias. Quien controla la máquina tiene que ser más “inteligente” que la máquina, para saber si está funcionando bien o no.
La cadena de suministro en su conjunto se enfrenta a retos con diferentes problemáticas:
- Falta de conductores.
- Falta de profesionalidad en formación logística.
- La robotización.
- La orografía.
- Las medidas de los túneles.
- Los accesos portuarios.
Y un sinfín de cuellos de botella que afecta a cada uno de los eslabones, pero sin duda, lo que todos tenemos claro, es que hay que seguir avanzando en el desarrollo tecnológico, social y sostenible de la cadena de suministro.